"Gato Siamés "

Gato Siamés

El gato siamés es un gato de tamaño mediano y cuerpo largo y flexible, que es grácil y elegante pero sin perder su aspecto musculoso. El cuerpo es equilibrado y atlético, las patas son esbeltas y las zarpas, pequeñas y ovaladas. Desde arriba, la cabeza recuerda a un triángulo que se estrecha en líneas rectas y termina en un hocico delgado. Las orejas son grandes y erguidas y están situadas de tal modo que siguen las líneas del triángulo. Los ojos tienen una forma oriental y se inclinan hacia la nariz. La cola es larga, estrecha y sin dobleces. El pelaje —corto, fino y ceñido al cuerpo— presenta un color principal pálido en todo el cuerpo, salvo en las marcas distales, mucho más oscuras. El color más oscuro se extiende únicamente a la zona del morro, las orejas, las patas y la cola, que son las partes más frías del cuerpo. Puede tener una amplia gama de colores. Independientemente de los colores, como el siamés blanco, y patrones del pelaje, el color de los ojos será siempre de un azul intenso brillante.

personalidad

Probablemente el gato siamés sea tan conocido por su maullido contundente como por su aspecto clásico. La raza suele ser abierta, extrovertida y, a veces, muy ruidosa. Una de las características del gato siamés es que reclama atención y necesita sentirse parte de la familia. No es el gato ideal para una persona que trabaje todo el día fuera de casa, porque no le gusta quedarse solo. Puede que la solución sea tener un par de hermanos de camada. Los siameses son muy inteligentes y necesitan estar entretenidos. Es recomendable dejarles juguetes y postes de rascado para que se entretengan. También se les puede enseñar a ir a buscar juguetes que les hayamos lanzado.

origen

El gato siamés es una de las razas de pedigrí más populares en el Reino Unido, superada en número solo por el británico de pelo corto. También es una de las más fáciles de reconocer. El siamés es originario de la actual Tailandia y su existencia se remonta a cientos de años. Dice la leyenda que los siameses eran sagrados y protegían los templos budistas. Los siameses fueron importados a Gran Bretaña en 1880. El color original del gato siamés era el clásico con puntos distales marrón oscuro y el resto del cuerpo de color crema cálido, pero los criadores occidentales desarrollaron más colores al introducir otras razas de gatos en los programas de reproducción, por eso podemos encontrar el siamés gris o blanco. El siamés original bizqueaba y tenía la cola retorcida, rasgos que ahora mismo se consideran defectos graves.